el fogon de meg

La cocina donde se elaboran las artes culinarias, la Historia, la medicina, los alimentos, las escuelas gastronómicas, y, por supuesto, las "fórmulas magistrales". O sea, las recetas.

domingo, 18 de marzo de 2012

RECETARIO






SALSA AL OPORTO

   1 dl. de vino de Oporto,
una cucharada de Chalota picada,
1 hoja de Laurel,
sal y pimienta,
1.5 dl. de zumo de Naranja,
el zumo de medio limón,
1 cucharada de ralladura de piel de naranja y
una pizca de Cayena,
4 dl. de jugo de Ternera (en su defecto vale una pastilla de caldo concentrado)

: En una cacerola se echa el vino Oporto, una cucharada de chalota picada, la hoja de laurel y el tomillo, sal y pimienta. Reducir a la mitad y agregar el Zumo de naranja y el de limón, la ralladura de piel de naranja y la Cayena. Pasar por el colador Fino y añadir el jugo de ternera. Es ideal para carnes asadas y,en especial para el  jamon asado..


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sábado, 12 de noviembre de 2011

COMIENDO Y CANTANDO




VINO TINTO CON SIFON


   Me permito, hoy, el lujo y la licencia de traer hasta aquí un artículo de "Caius Apicius", el periodista gastronómico de la Agencia EFE que oculta su nombre siempre bajo el del gourmet romano, y que ha difundido por Internet a través de la Agencia.

    Hoy, el sifón resulta prehistórico y, casi se puede decir lo mismo del vino tinto con sifón. La gaseosa ha evolucionado más y ha incorporado a su fórmula habitual otros gustos y colores. En realidad la materia prima es agua y siempre se ha dicho que era negocio seguro todo lo que admitía el agua como elemento básico. El sifón contiene agua carbónica artificial, que sale a presión desde una botella especial y muy típica con llave reguladora. Su combinación con vino tinto, creada por Chicote, el barman madrileño, se convirtió en la bebida más popular de Madrid: el vino tinto con sifón.

   La gaseosa, por su parte, es una bebida refrescante, como es sabido, edulcorada, efervescente y sin alcohol. Alguna variedad suele tener el gusto un tanto ácido gracias al zumo de limón y siempre contiene azúcar, aparte del agua, naturalmente.



El calimocho

    Un calimocho no es más que la mezcla de vino tinto peleón,  o de baja c calidad, con un refresco de cola y hoy es muy popular entre los jóvenes.  No sólo en España: también en Latinoamérica se bebe este mejunje, que recibe muy distintos nombres. (Dib.: facebook.es)

   Mezclar vino con bebidas no alcohólicas es bastante viejo. El propio sacerdote oficiante de la Misa acaba mezclando vino con agua, actividad a la que, según los autores del Siglo de Oro -Quevedo, Lope, Cervantes...- eran muy aficionados los taberneros de la época.  "Si bebo vino aguado / berros me nacerán en el costado", dejó escrito Lope, el Fénix de los Ingenios.

   En los llamados felices años 20, época que muchos suelen confundir con la Belle Époque, que en realidad terminó con el estallido, en 1914, de la Primera Guerra Mundial, estuvo de moda un fox-trot cantado, especialmente, por la Chelito, famosa vedette de la época, llamado 'Vino tinto con sifón'; en él, la cantante describía al público y  las costumbres de los cabarets de la época, y proclamaba: "yo no sé pedir coñac / ni chartreuse, ni cointreau, ni champán: / ¡Vino tinto con sifón!".

    Cualquiera que haya disfrutado de las investigaciones del comisario Maigret, el inolvidable personaje de Georges Simenon, recordará que era frecuente que, por la mañana, entrase en una taberna y pidiese "un blanco con Vichy", la famosa agua gaseosa francesa. Con agua gaseosa, edulcorada o no, se ha mezclado el vino en España muchísimo tiempo; cuando yo era pequeña, a los niños, en casa, se les dejaba beber un vasito de gaseosa manchada por un poco de vino o de vinagre, que refescaba mucho en verano. Ya no: ahora se llama "tinto de verano" y se consume bastante.; hubo un tiempo en el que se le llamó "un Vargas", es decir, "un 'Vardepeñas' con gaseosa".


El rebujito
   Pero... Pocos vinos tendrán la categoría de los de Jerez, únicos en el mundo. Son obras de arte, lo que no impide que para apreciarlos haya que gustar de unos vinos un tanto especiales. Pero el Jerez tiene un prestigio universal... que en las ferias andaluzas parecen empeñados en arrojar por la borda. La bebida habitual en esas ferias, como en la universalmente conocida de Sevilla, era tradicionalmente la manzanilla, un vino fino  originario de la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda. Bueno: pues de unos años a esta parte, en esas fiestas la gente bebe un mejunje conocido como 'rebujito', que consiste en un tercio de manzanilla, o de fino jerezano, y dos tercios de gaseosa, tipo Sprite o 7 Up. Sin comentarios.

   Sin embargo, hay bebidas 'mixtas' que han acreditado su bondad. La sangría, por ejemplo,  compuesta básicamente de  vino tinto, diversas frutas, con cítricos en primer plano, y gaseosa... aunque hay fórmulas mucho más elaboradas y mucho más sofisticadas. O la madrileñísima 'clara', resultado de mezclar cerveza originalmente con gaseosa o limonada -la 'clara con limón'-, hoy casi siempre con gaseosa, una combinación que palia el amargor de la cerveza, elimina grados de alcohol y resulta refrescante. (Foto: wsw.taringa.net)

   En fin, yo, desde luego, si quiero que mi vino tenga carbónico apelaré al champaña. (o al vino tinto con sifón*). Nunca he probado ni un calimocho ni un rebujito... y me parece que, a estas alturas, voy a seguir sin hacerlo. Pero, claro: como dicen que dijo El Guerra, torero de finales del XIX, cuando le presentaron a Ortega y Gasset y le explicaron que era filósofo... "hay gente "pa tó".-  

Caius Apicius.- Ag. EFE

 Pues os dejo con la letra de esa canción de los años 40 que Caius Apicius cita en su artículo: "Vino tinto con sifón", y su interpretación  por  Lilian de Celis.

¿No habéis observado lo que pasa hoy/ de noche en los "soupers"?/ Van cuatro pollitos que no valen ná,/ la gracia está en los pies./ Con unos zapatos de charol cuarteaos,/ la flor en el ojal:/ si se acerca una gachí/ que le da por alternar,/ hay gachó que se desmaya/ si pide champán.// Yo no sé pedir coñac,/ ni chartrés, ni cuantró, ni champán./ ¡Vino tinto con sifón!/ Vaya usté al cabaret,/ vaya usté, verá usté lo que ve:/ ¡cómo bailan el fox trot!// Van unos abuelos a la Pompadour/ que gastan bisoñé/ y, aunque son más pelmas que Muley-Hafid,/ abillan el parné./ Agua de solares piden de beber,/ si acaso "pipermán"/ y no sabes lo que hacer/ si te sacan a bailar/ porque tienen la barriga/ como un sidecar.// (Refrán)//


Cargado por torreon100. -

(Dibujo sup.: cuple-copla.blogspot.com. Foto central: yumsugar.com))


 

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lunes, 22 de marzo de 2010

COLABORACIONES




VINO DE HIELO

            Les contaremos hoy de un vino realmente peculiar, raro y extraño, al menos por nuestras latitudes, del que muy pocos españoles tienen siquiera conocimiento de su existencia. Un vino que yo no había probado hasta hace muy poco tiempo; y aún así no estoy seguro de que fuera genuino el que caté, porque el asunto se presta a mucha, muchísima, picardía. He de decir que el que probé, un Ribera del Duero, en verdad me gustó mucho, destacando sobremanera, para mí, sus notas de suavidad. En todo caso, dada mi apenas testimonial experiencia, mejor será remitirme a la nota de cata que de él he leído, que suscribo plenamente y que se expresa en estos términos, tan elogiosos y sugerentes: … un vino “meloso, delicado, sabroso, exuberante, pleno de aromas frutales, casi femenino”… Tal que así es el  icewine”… el “vino de hielo”.
   
     Aclaremos de inmediato que no se trata de un vino elaborado para ser consumido como un helado, en cucurucho, o a lametazos entre dos galletas, sino al modo común, en su botella, y a la temperatura que de ordinario corresponde a un blanco, a un blanco semi-dulce, en este caso. Su peculiaridad diferencial reside –de ahí el nombre- en que las uvas, normalmente para este vino las de la variedad Riesling, o, mejor aún, según cuentan, las de la casta híbrida de ese mismo varietal, la llamada Vidal*, se vendimian tardíamente, esperando y aprovechando las primeras grandes heladas del otoño. Es decir –ahí está la clave-, se vendimian heladas, prácticamente congeladas, y se prensan así, en ese estado, sin dejar que ganen temperatura. El efecto que se logra es que una parte del agua que contiene la pulpa del grano de uva, al estar así congelada, hecha cristales, no pasa al mosto, con lo cual éste resulta muy concentrado, con una ganancia notable de azúcares y acidez natural. Consecuentemente, por esas circunstancias tan peculiares de vendimia y prensado, la fermentación posterior es muy lenta –incluso de varios meses- con el resultado final de un caldo muy aromático y semi-dulce.

        Para que se produzca esa congelación parcial natural de los granos de uva en la misma cepa, es necesario que la temperatura de la helada, durante varios días –los que ocupe la vendimia- se sitúe al menos en el entorno de los 5 a 7 grados bajo cero. Lo cual explica que de estos “icewine” o “vinos de hielo” no tengamos apenas referencia ni conocimiento aquí en España. Ahora empiezan, y ya son varias las experiencias, en la Ribera, en Rueda, en puntuales zonas de Cataluña, y últimamente también, la más reciente, en La Rioja.
 
Pero, en general e históricamente, son vinos cuyo solar natural tradicional es Alemania y Austria, y que han cobrado también gran proyección en las últimas décadas en el norte occidental de los Estados Unidos y en Canadá. Ahora llegan a nosotros, muy tímidamente. Se cuenta que su origen se remonta a finales del siglo XVIII, cuando de manera accidental, no intencionada, en el norte de Baviera los viticultores de aquella zona un año intentaron elabora su vino con uvas que se habían congelado parcialmente por causa de una inesperada y pertinaz helada. Así fue como obtuvieron, con gran sorpresa, un vino de muy lenta fermentación y de unas características muy diferentes a lo esperado. De entonces parte la tradición de este tipo de vino, siempre de producción muy limitada y costosa, dado que el rendimiento baja en una gran proporción por esa pérdida de agua; además de la dificultad inherente a tener que vendimiar casi siempre de madrugada, trasladar la prensa a la misma viña para que el grano siga congelado en el proceso, y esperar, además, pacientemente, para hacer todo esto, a que la climatología resulte propicia, es decir, especialmente dura en la concurrencia de una gran helada. (Foto: vinodeangeles.com)
         
   Los “icewines”, o “vinos de hielo” son pues, siempre, vinos de lujo, de alto precio, caprichos para la celebración de ocasiones especiales. La Unión Europea los tiene reconocidos como tales en su especificidad, y también en el control del fraude, que es tentación de muchos, de no esperar a la helada concreta para vendimiar, y saltarse el trámite por el expeditivo método de someter a uvas normales a un proceso inducido de congelación. Cuando es así –que también puede ser, legal, aunque no se trata entonces de un “vino de hielo” genuino, sino de un sucedáneo –de muy inferior calidad- su condición debe venir anotada en la etiqueta como “vino crioconcentrado”. De las diversas experiencias ya anotadas aquí en España, la más sobresaliente –además de pionera- es la llevada a cabo en la Ribera del Duero por la siempre inquieta bodega vallisoletana Vidal Soblechero, ubicada en el término de La Seca, en una finca que bien parecía premonitoriamente abocada al experimento –dado que se la conoce en la zona como Finca Pozo la Nieve-. Trabajan un verdejo (es decir, un blanco) sobremadurado, para cuya vendimia hubieron de esperar hasta finales de noviembre. Tras la larga fermentación necesaria (un vino así, vendimiado en noviembre, no puede ver la luz comercial, como poco, hasta muy entrado febrero, o marzo), de la añada que yo probé no fueron más de mil las botellas resultantes del experimento; eso sí, magníficas y rotundamente singulares, doy fe. Buen provecho.

Manuel Méndez (Mesa y mantel) 


(Nota de elfogondemeg:  La uva Vidal es de sabor afrutado, con aromas florales y muy buen balance, su proceso de vinificación puede ser de varios estilos, seco, cosecha tardía, Icewine, siendo en estos últimos estilos donde esta teniendo un gran éxito, las regiones donde se esta cosechando de muy buena forma la variedad son en zonas frías como Mosela y Rhin en Alemania y Niagara en Canadá, donde toma un estilo similar a la uva Riesling.  )

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sábado, 27 de febrero de 2010

COLABORACIONES




EL TOKAI

por Armando Díaz.

   Uno de los vinos mas antiguos del mundo y favorito de Luis XIV. La historia del vino Tokai, como otros vinos en Eslovaquia llega hasta los romanos quienes sembraron
la vid en esta región.  Después de la invasión tártara en el año 1241 quedó esta región (al igual que casi toda Eslovaquia) destruida. El rey Belo IV invitó a colonizadores alemanes quienes se asentaron principalmente en las ciudades mineras y  colonizadores italianos entre ellos a los que se asentaron en esta región. Precisamente éstos últimos trajeron una de las principales variedades de vino usadas en la región Tokai el “Furmint”.

El vino Tokai se produce desde el año 1650. Ya desde esta época era el principal artículo de exportación de los comerciantes de las ciudades libres de Levoc•a y Bardejov.

Favorito de antaño como lo relacionamos en el articulo de los maridajes de la comida del Marques de Sade. El vino Tokai alcanzó su mayor fama y admiración en la corte del rey de Francia Luis XIV (1638 • 1715) quién lo llamó “Vinum regumrex vinorum” (Vino de reyes • rey de vinos).


(mesaconvino.blogspot.com)

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lunes, 7 de diciembre de 2009

ALIMENTOS CON SOLERA

EL VINO (en general)


    Gracias a un blog amigo, www.unjubilado.info, podemos hacer un recorrido por el mundo del vino, las frases y refranes escritos en torno a él y dibujos y cuadros relacionados con tan secular bebida.  Os dejo este video para que disfruteis, autorizado para emitir por unjubilado y que ha elaborado Emilio Gil. La música de fondo es una de las más tradicionales y cantadas en Israel en momentos de fiesta o celebraciones: "Hava Naguila". Os sonará porque hace años un arreglo de esta canción ganó el Festival de Eurovision, y se popularizó como canción moderna, siendo un clásico.


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domingo, 2 de agosto de 2009

CURIOSIDADES DE LA HISTORIA

DOS "TÍO PEPE".

Para los españoles, "Tío Pepe" es el nombre de uno de los mejores vinos de jerez del mundo. Y, como el toro de Osborne, asociado a muchos paisajes campestres y urbanos. La Puerta del Sol madruileña no sería igual
sin la gran botella de este vino sobre uno de los edificios laterales de la plaza. Ni la entrada en Sevilla por la carretera A-1 sería igual sin la gran botella publicitaria "plantada" en medio del paisaje.

En las tabernas o restaurantes españoles, es suficiente pedir un "Tío Pepe" . Los camareros entienden. Y a los pocos segundos tendrás una copa de este vino "fino" andaluz delante de tí. La tradición de este jerez es muy larga. Tanto como la de sus bodegas González Byass, que junto con Osborne fue de las primeras bodegas jerezanas inauguradas en España, poco antes de la Sandemán. Todas ellas, por cierto, instituídas por familias británicas que tienen el jerez español como vino de lujo en sus aperitivos y "afternoon".

Pero en
Estados Unidos, hay un "Tío Pepe" muy distinto. El "Uncle Joe" ("Tio Pepe" en inglés) era Josif Stalin, con quien confraternizaron tras la Segunda Guerra Mundial, tras la firma del Tratado de Malta. Los estadounidenses le dieron el cariñoso apelativo de "Joe", popularizando así el Josif o Joseph del nombre del dictador ruso. Al llegar la guerra fría y las tensiones con Moscú, se rompió la fraternidad ruso-americana y desapareció, por consiguiente, el "Uncle Joe" o "Tío Pepe" de la escena estadounidense.

Nada que ver, pues, entre los dos Pepes...









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