UNA COPA PARA SOÑAR

NINOTCHKA PROBO EL SABOR DEL CAPITALISMO

    Cuando Ninotchka llegó a París no se imaginaba lo que era un camisón de raso, ni unas medias "de cristal" ni una copa de cristal de Bacará... Conforme transcurrió el tiempo,  fue descubriendo las delicias del lujo, la buena mesa, el sibaritismo y el placer del amor. La bella Ninotchka descubrió así el sabor del maldito capitalismo.

  Seguramente para no olvidarse demasiado pronto de su tierra, por influencia de aquel trío de caraduras que provocaron su viaje a París, Ninotchka descubrió cómo cambia su sabroso vodkla cuando se mezcla con el divino chocolate...Y descubrió el sabor del champagne, de las ostras y de la  "Sachertart".

   

   Seguramente fue ese brebaje que hicieron con su vodka el que acabó convenciéndola de las primeras ventajas del maldito capitalismo sobre el intervencionismo estatal revolucionario. Y su seducción por el raso, la seda, los encajes y los zapatos de tacón de aguja. Y lo que la hizo sonreír, al fin, superando años de seriedad de funcionario oficial. Acaso por todo esto, aquella bebida tomó su nombre, "Ninotchka", y lo unió eternamente al recuerdo de su otro yo, el de Greta Garbo, en cuyo recuerdo un desconocido barman  admirador creó esta bebida.  Y  produjo el milagro de convertir al capitalismo a la fría camarada que acabaría casándose con aquel duque seductor, vividor y caradura del que nadie recuerda su nombre.  Porque sólo se recuerda el nombre de la bella camarada que llegó a París en busca de tres funcionarios disolutos, que se habían aficionado demasiado a los placeres del capitalismo y todavía podían ser "salvados". 

   Ella se llamaba Ninotchka... O Greta Garbo que, en el cine, viene a ser la misma persona... Y además dicen que Ninotchka fue la que enseñó a reir a Greta...

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NINOTCHKA

       Dos tercios de vodka y un tercio formado por crema de cacao y zumo de limón a partes iguales.

       Verter en el vaso mezclador, empezando por la crema de cacao, seguido del vodka  y, finalmente, el zumo de limón. Remover con la cuchara y servir en copa baja, adornando con la corteza del limón.

De la risa de Greta, totalmente desconocida y reprimida hasta esta película, os dejo testimonio. (No en vano la publicidad de la película se basó en clamar a los cuatro vientos que "en ella Greta se reía por primera vez.")

(Foto inferior: scienceofdrink.com)