UNA COPA PARA SOÑAR
PARA DESATORNILLAR LA TRISTEZA
Hay momentos en que hay que sacar como sea la tristeza incrustada en el interior y , para ello, hace falta un destornillador para desclavarla o un martillo para machacarla. De vez en cuando hay que orear el interior, alegrar el exterior y lucha contra la nostalgia pesimista que se aposenta en los rincones del alma. En esos momentos hay que echar mano de las herramientas necesarias para hacer limpieza de malos recuerdos, desamores, fracasos y tristezas.
Para esto suponemos que se inventó el "Screwdriver", o sea el "destornillador" hablando en castellano. Una bebida capaz de lustrar el interior, de alegrar un rostro mortecino en cuestión de minutos mientras se desatrancan las cañerías del alma. El zumo de naranja da soltura a un organismo atascado, sobre todo cuando se alegra con el vodka destilado en las estepas rusas o entre las nieves finlandesas. En esos momentos de depresión hay que limpiar el paladar de otros sabores y poner un "screwdriver" en los labios.
Podemos imaginar, entonces, que somos operarios perfectos capaces de desguazar un chevrolet del 56 y volve ra montarlo. O un selecto ebanista que sabe modelar y suavizar el roble, el ébano o la caoba. O el operario de un equipo coordinado para levantar un edificio en el centro de la ciudad o construir el barco más grande del mundo. De todos modos, la vida nos parecerá diferente por unos minutos, y habremos expulsado los malos espíritus amachambrados en el interior.
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SCREWDRIVER O DESTORNILLADOR
Cuatro décimas partes de vodka.- Seis décimas partes de zumo de naranja recién exprimido.
Se vierten ambos ingredientes en la coctelera con tres o cuatro cubitos de hielo y se agita unos segundos. Se sirve en vaso alto con el hielo incluido.
Ésta es la receta homologada por la I.B.AS. (International Barman Association). Pero hay otra fórmulas. Por ejemplo una de las más populares aconseja 4 cucharadas de vodka, una cucharada de azúcar o granadina y cinco cuchasradas de zumo de naranja. Se puede adornar luego, si se quiere, con una cucharadita de clara de huevo, batida a punto de nieve, flotando en la superficie.
Etiquetas: bebidas, cócteles, Una copa para soñar
12 comentarios:
Desde que el peque nacio, casi no bebo, solo algun vinillo comiendo
Buena receta .
Saludos
Esto me lleva a tiempos pasados, yo parecido a Oscar me he quedado ahora en el buen vino.
Pues a mi me vendría probarlo,leche,que la vida son cuatros días.
Un beso.
Oscar, un d`´ia es un día. Y no creo que te haga daño que le des placer a tu cuerpo por una vez. UN beso y ánimo. (Que tampoco significa que se lo vayas a dar al niño).
Gracias, Socalze, pruébala. Un saludo y feliz dia
Miguel Angel, te digo lo mismo. Un día esun día. Y hay que probarlo todo. Yo no tomo cócteles nunca, pero si alguien amante de ellos -o sea fiable- me ofrece ujno, no digo que no, aunque sólo tome la mitad. UN beso.
Dúi que sí, Sagitaire. Carpe Diem, que decían los filósofos. Y a probar todo en la vida, aunque sea un buchito (o sea, un sorbito en mi tierra) Un abrazo.
Yo me quedo con el zumito solo buaaaa, que pena que el alcohol me hace daño, me pongo muy colorada nada más que con un pequeño sorbo.
Abrazos y gracias por tus escritos y recetas.
Leonor
Gracias a tí, Leonor. Siento que no puedas beber ni un chupito siquiera. Pero puedes saborear otras cosas. Siempre hay algo que sustituye aquello que nos falta, salvo el final, claro. Un beso y buenas noches.
En alguna ocasión, lejana, tomé una copa de "destornillador". Me gustó. La verdad es de que una copita, con moderación, viene bien. Gracias por la receta, queda apuntada. Buen día y un cordial saludo.
Ramón, estos cócteles están todos buenísimos. Lo malo es que conforme vamos cumpliendo años, toleramos peor las mezclas. Pero de vez en cuando uno bien hecho, es una delicia. Un saludo y feliz día.
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