UNA COPA PARA SOÑAR

 

 A LOS SONES DEL CAFETAL...


     Se esparcen los sones del cafetal, y las caderas de las caribeñas se mecen al  vaivén del trópico y de los ojos de los hombres.  Los granos rojos del cafeto provocan a los cinco sentidos y el perfume adormece la nariz y da rienda suelta   a la ensoñación.


    Flotan en el aire viejas historias de colonos, de nativos, de fugas al amanecer, de partidas dolorosas y de viejas monedas de plata sólo existentes en la imaginación de los ensoñadores fruto de leyendas urbanas. 


   Los cafetales sueñan a la luz de la luna con veladas románticas aromatizadas por el grano rojo que se viste de negro para aparecer más elegante y oler mejor. Sueñan con ser la bebida caliente de una noche de amor en la que se funden las almas y las pieles de distinto color. Y en ser el origen de un ser dorado, sensual, con la piel del color de la canela inspiradora de baladas inolvidables... El cafeto sueña con ser el centro del universo del amor y de la acción, del movimiento y de los desvelos en las noches de luna, en que mágicamente el mar se vuelve espejo azulado y el cielo se viste de azul-noche,  que es el color  de los pavos reales que sólo saben vestir las grandes damas.


   Es el grano del cafetal, que se ofreció al fuego para vestirse de negro y destilar así la bebida que tuvo la osadía de rivalizar con el brebaje de los dioses al que los mortales llamaron cacahuátl...  Y se inició la lucha entre el chocolate y el café, que se prolongó a lo largo de los siglos transmitida de generación en generación.... Ambos son almendras, ambos han de ser tostados y ambos deben ser sometidos a un cocimiento, para cobrar personalidad... Pero, en esta ocasión, el mortal prefiere beber el café, procedente del cafeto plantado en los cafetales que transmiten, de planta en planta, un estremecimiento cada vez que alguien bebe un sorbo de su mágico brebaje, con la suficiente personalidad como para someter a su aroma y su color a cualquier bebida que se atreva a retarle...






CÓCTELES DE CAFÉ

* Acapulco: Una cucharadita llena de café molido soluble, 40 gms. de azúcar glasé, tres cuartos de un vaso de agua fría, 2 cucharaditas de ron, 2 cucharaditas de zumo de limón, 3 cubitos de hielo. Se mezclan el agua, el café molido y el azúcar. Luego se añade el ron y el zumo de limón y finalmente el hielo. Se sirve en copa ancha o en vaso alto.

* Brulot:  Dos cucharaditas de azúcar en una taza resistente al calor. Se empapan con una cucharadita de Kirsch y se flambea. Una vez quemado el azúcar, se añade un cl. de Kirsch y café bien cargado muy caliente. Se sirve adornado con nata batida.

* Cacao frappé:  En un cuarto de litro de café moka muy cargado y frío se vierte un cuarto de litro de crema de cacao, se remueven bien y se adorna con una cereza en almíbar. Finalmente se le echa hielo picado y se sirve en una copa de champagne con pajita.

* Capricci:  En 3/4 partes de café cargado y muy caliente se vierte un vasitro de Cointreau y media cucharadita de azúcar de vainilla. Se sirve adornado con nata batida en copa ancha.

* Favorit:  Mezclar en una batidora un vaso de Curaçao blanco, un vaso de ron, un vaso de leche condensada, una cucharadita y media de azúcar glass, una cucharadita y media de café en polvo y una yema de huevo. Una vez batido, servir con una pajita en vaso delgado y alto.  (Esta bebida también se conoce como "Flipp primille")

* Flip:  Verter en una coctelera por este orden: una yema de huevo, media cucharadita de café en polvo, dos vasitos de crema de cacao, dos o tres cubitos de hielo. Agitar bien, colar antes de servir copa de champagne.



(Foto sup.: salvanatura.org)