ANÉCDOTAS DE LA HISTORIA
Sobre el chocolate
"In illo tempore" el chocolate era picante y amargo. Los aztecas lo bebían machacando la almendra del cacao, mezclándola con ají y haciendo un cocimiento que originaba mucha espuma por lo que se consideraba bebida bendecida por los dioses. Bien sabido es que , luego, los españoles desarrollaron en América las técnicas para endulzarlo , cambiando el sabor picante del ají por azúcar. Y también que fueron los españoles los que empezaron a elaborar el chocolate fundièndolo y fomentando su consumo entre la población colonial procedente de España y asentada en América. Y así surgen leyendas numerosas en torno al chocolate. Hoy nos entretenemos en dos surgidas en Chiapas y en el puerto peruano de El Callao y recordamos al primer occidental que lo conoció.
* El primer hombre blanco que lo bebió
Fue Hernán Cortés en la Corte de Moctezuma. Creyó el emperador que Cortés era la personificación del dios Quetzalcóatl que algún día habría de volver al imperio azteca para devolverle su esplendor. El retorno del dios sería sobre cisnes de agua e implicaría la devolución del penacho de pluma de quetzal que Moctezuma custodiaba como un legado de la Historia. El conquistador español llegó sobre unas carabelas que los aztecas creyeron cisnes de agua y con un casco de metal coronado por un penacho de plumas. Moctezuma lo recibió en su corte como al Dios esperado. Y le ofreció una jícara con la bebida de los dioses: el chocolate. Cortés, a pesar de la oposición de sus oficiales, bebió el brebaje demostrando que no tenía miedo y que aceptaba la hospitalidad del azteca. El desengaño de éstos al comprobar que Cortés y sus hombres eran mortales y crueles, y no dioses, condujo a la Noche Triste del conquistador.
* El primer hombre blanco que lo bebió
Fue Hernán Cortés en la Corte de Moctezuma. Creyó el emperador que Cortés era la personificación del dios Quetzalcóatl que algún día habría de volver al imperio azteca para devolverle su esplendor. El retorno del dios sería sobre cisnes de agua e implicaría la devolución del penacho de pluma de quetzal que Moctezuma custodiaba como un legado de la Historia. El conquistador español llegó sobre unas carabelas que los aztecas creyeron cisnes de agua y con un casco de metal coronado por un penacho de plumas. Moctezuma lo recibió en su corte como al Dios esperado. Y le ofreció una jícara con la bebida de los dioses: el chocolate. Cortés, a pesar de la oposición de sus oficiales, bebió el brebaje demostrando que no tenía miedo y que aceptaba la hospitalidad del azteca. El desengaño de éstos al comprobar que Cortés y sus hombres eran mortales y crueles, y no dioses, condujo a la Noche Triste del conquistador.
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* El chocolatito de Chiapas
En esta ciudad mejicana era costumbre consumir el chocolate a horas fijas, como los ingleses beben el té a las cinco. Y utilizarlo, además, como reconstituyente para quienes llevasen muchas horas sin comer.
Así las damas de Chiapas se llevaban su chocolatera y su taza a la Iglesia cuando asistían a Misa. A mitad del oficio, como llevaban horas en ayunas para poder comulgar, bebían una taza de chocolate durante la homilía o antes de la consagración, ya que la Iglesia había dispuesto que el chocolate, hecho con agua, no rompía el ayuno. Pero fue tal la afición al chocolate dentro de la Iglesia, que originaba tertulias entre las fieles ignorando la homilía del sacerdote. Así pues, el obispo de Chiapas prohibió la entrada del chocolate en la Iglesia. Y dictó la orden sin saber en qué berenjenal se metía. Las damas de la ciudad se unieron en conspiración contra el prelado, a quien un día invitaron a una merienda en su honor. Y le sirvieron chocolate, la bebida habitual de las meriendas. Pero algo llevaba el chocolate, que al obispo le sentó fatal y murió días después en medio de grandes dolores.
Desde entonces es costumbre en Méjico advertir ante alguna situación turbia o persona poco clara: "Ten cuidado, no vaya a ser el chocolatito de Chiapas".
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* El chocolate tan pesado de los jesuitas
Y en Perú, el chocolate se elaboraba y se exportaba, ya fundido en tabletas, a España. En Lima, cada semana, el puerto de El Callao entraba en una actividad alocada para cargar los barcos españoles con el chocolate que los jesuitas elaboraban. Pero pronto empezó a correrse entre los estibadores el rumor de que el chocolate de los jesuitas pesaba demasiado en comparación con otros cargamentos de cacao. Tanto se extendió el rumor que el virrey Amat se desplazó hasta el puerto de El Callao una madrugada en plena tarea de carga de los barcos españoles con el chocolate de la Compañía de Jesús. Amat mandó abrir un par de cajas y desenvolver las tabletas cuyo peso exacto debía ser de una libra. Aparentemente nada a la vista salvo el peso excesivo que sobrepasaba la libra. Pero, al partir una de ellas, aparecieron en su interior seis monedas de una onza de oro cada una. Las tabletas o "libras" iban marcadas con seis rectángulos que, en el centro, llevaban un redondel del tamaño de una onza. Esas marcas indicaban con exactitud cómo estaban distribuidas las monedas dentro. El virrey aprovechó para expulsar del Perù a los jesuitas, medida que había tomado meses antes en España Carlos III. Y con esa forma se han estado fabricando las tabletas de chocolate durante siglos, respetando el círculo central en el cuadrado de la porción. Hoy ha desaparecido el redondel y en todo caso cada porción va marcada con otro recuadro por el interior.
Desde entonces se llama "onza" a cada una de las seis porciones de la tableta que también llamamos "libra" de chocolate aunque hoy no tenga ese peso exacto. Y desde entonces, también, se dice en Perú a alguien insistente y cansino, "eres más pesado que el chocolate de los jesuitas"...
Etiquetas: Alimentos con solera, Chocolate, Historia de la gastronomía
13 comentarios:
Desconocía la mayor parte de los datos historicos sobre este manjar (uno de mis mayores vicios).
Muy interesante.
Un beso!
Hola meg. me pasa igual que ha Gil de Luna. solo se que soy adicto.
Gracias por la loteria. ya me pasaron, prefiero que lo aproveche otra persona, la avaricia rompe el saco.
Saludos
Gildeluna, yo el único vicio que tengo son el chocolate y la tortilla de patatas. O sea que puedo tomar las dos cosas en una sola comida.
Pero anécdotas hay muchas más. Ya las contaré, ya.
Oscar, te digo lo mismo que a gildeluna.
Y en cuanto a la Lotería: ¿avaricia un décimo para mil y pico?. Pues si nos toca da para poca avaricia. Además, esa cantidad les vendrá bien a las oNG, si es que toca.
Hola Meg,
Me arrimo al fogón y qué me encuentro?
Con un artículo sobre la historia del chocolate!
Excelente!
Y la historia del chocolate "pesado" me sorprendió mucho.
Saludos
Elisa
Buen artículo. Curioso el de las damas de Chiapa. Todos los días mi "trocito" de chocolate no me falta. Saludos.
Buen artículo. Curioso el de las damas de Chiapa. Todos los días mi "trocito" de chocolate no me falta. Saludos.
Deliciosa Nota
Elisa, ¿no se extendió hasta allá abajo el dicho del chocolate de los jesuitas?.
De todos modos me alegro de que hayas disfrutado.
Anra,un trocito de chocolate diario es muy bueno para el corazón. Y el negro no engorda. Y si vas a México, oirás más de una vez lo del "cuidado con el chocolatito".
Jubilada Diana, me alegro de que te haya resultado deliciosa. Besos.
Mmmm, pase a leer el artículo del chocolate, al q soy adicta como muchos de vosotr@s, jeje. Ha estado muy interesante, ya que muchas cosas no las conocía.
Mar, me alegro de que pertenezcas al ejército de adictos al chocolate. Es que es un alimento que en su día cambió la Historia...
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