el fogon de meg

La cocina donde se elaboran las artes culinarias, la Historia, la medicina, los alimentos, las escuelas gastronómicas, y, por supuesto, las "fórmulas magistrales". O sea, las recetas.

martes, 9 de marzo de 2010

COLABORACIONES


UN GASTRÓNOMO BRILLANTE: 

BRILLAT-SAVARIN                                                                                              

       Hoy queremos recordar la personalidad de otro personaje celebérrimo en estos asuntos de la coquinaria: el que pasa por ser el primer gastrónomo moderno, Brillat-Savarin. Un francés al que muchas veces habrán oído citar, siempre con reverente autoridad, a propósito casi siempre de sus celebérrimos aforismos.

        Fue este personaje, de cuyo fallecimiento se cumplió, el pasado día 2 de febrero, el 184 aniversario, un comedor de pantagruélica afición en el Paris dieciochesco de la Revolución Francesa. Por tradición familiar dedicó su vida profesional a la magistratura, ejerciendo también como alcalde de su ciudad natal, Belley, y como representante de su distrito en la Asamblea Constituyente. Pero su gran devoción, como queda dicho, fue la comida, alcanzando en tal empeño el grado y la consideración de primer gastrónomo de Francia. Por tal fue reconocido ya en vida, aunque la consolidación y universalidad de ese honrosísimo título habría de alcanzarle de manera póstuma, a raíz de ver la luz –un año antes de su muerte, en 1825- su obra cumbre, la “Fisiología del gusto, tenida hoy por una suerte de “Biblia gastronómica”, en tanto que primera obra moderna dedicada al juicio y consejo sobre el hecho gastronómico.

        La “Fisiología del gusto cosechó un éxito inmediato, no sólo por su contenido sino también por el nuevo lenguaje técnico que Brillat-Savarin supo inventar. La obra se reparte en una larga serie de aforismos y 148 meditaciones gastronómicas, repartidas en treinta capítulos. Se trata, además, de un libro magníficamente escrito, en un lenguaje de erudita exposición, que enamoró a Balzac y a otros muchos contemporáneos; aunque también tuvo sus detractores de fuste, como lo fue Beaudelaire. Pero el camino quedaba abierto, y no es mérito menor la consideración de la Fisiología del gusto” como primer hito en la imparable trayectoria que en adelante iba a seguir, consolidándose como novedosa especialidad, la literatura gastronómica.

        Algunos de aquellos aforismos de Brillat-Savarin han sentado carácter de máxima recurrente, como aquel clásico de Dime lo que comes, y te diré quién eres…        O aquel otro, igualmente cierto y célebre: “Convidar a alguien equivale a encargarse de su felicidad en tanto esté con nosotros”. Podríamos rescatar muchas otras más reflexiones memorables, pero cerremos esta referencia con su “meditación XIV” en la que habla del placer de la mesa, que es bien distinto, según su sabia opinión, al de la comida. El placer de la comida –escribe Brillat-Savarin- es común a hombre y animales, no requiere sino hambre y lo necesario para satisfacerla. El placer de la mesa es otra cosa, y superior, es peculiar y privativo de la especie humana, ya que supone cuidados anteriores, en preparar los manjares, elegir el sitio y reunir a los invitados”

        Menos de un año después de la publicación de su obra capital le llegó la muerte a nuestro personaje. Durante los años del Terror había tenido que exiliarse para salvar el cuello. Al término de esa etapa terrible, regresó de nuevo  a Francia, donde siguió con sus comidas memorables y su dedicación judicial. El 21 de enero de 1826 acudió Brillat-Savarin -71 años entonces- a una misa en memoria de Luis XVI. Hacía un frío intensísimo en Paris aquel día, y el juez presagió la fatalidad de aquel frío helador que le calaba, y así se lo comentó a un amigo que le acompañaba en el templo: “Me da a mí –le dijo- que ésta es la primera misa de un muerto…y la última de un vivo”…Y así ocurrió y se cumplió, para su desgracia, doce días después: el 2 de febrero de 1826.
 

Escrito por  Manolo Méndez  en su sección periodística MESA Y MANTEL

                                                                               

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10 comentarios:

Blogger felix ha dicho...

Meg...

Uy¡ no conocia a este señor. Gracias por enseñarnos día a día. Yo, sin duda, me quedo con la frase "Dime lo que comes y te diré quien eres", y es que delata mucho nuestra personalidad.

Un beso

9 de marzo de 2010, 9:32  
Anonymous Elisa ha dicho...

Gracias Meg, todo un descubrimiento.
Cariños
Elisa, Argentina

9 de marzo de 2010, 13:23  
Blogger meg ha dicho...

Pero Félix, ¿Cómo un historiador como tú no conoce a Brillat Savarin?. Uno de los más brillantes gastrónomos junto con Grymod de la Reynière.

Besos y feliz día.

9 de marzo de 2010, 13:24  
Blogger meg ha dicho...

De nada Elisa. Pero el mérito es de Manolo Méndez que es quien lo ha escrito. Yo sólo lo ha publicado. Un beso desde España y feliz día.

9 de marzo de 2010, 13:25  
Blogger Toni ha dicho...

Gracias Meg por compartir éste artículo de Manolo Méndez con nostros. Yo tampoco conocía éste personaje pero ten por seguro que ya no olvidaré su nombre.

¡Saludos desde la Luna!

9 de marzo de 2010, 15:16  
Blogger Unknown ha dicho...

hola, que bueno es comer con hambre.
por cierto acabo de enlazarte en mi blog: esculture.
Un abrazo.

9 de marzo de 2010, 17:52  
Blogger meg ha dicho...

Gracias Goeffry por tus palabras. Me alegro de que conozcas a un gran personaje. Un beso y feliz noche.

9 de marzo de 2010, 21:24  
Blogger meg ha dicho...

Fitaka, gracias por el enlace y por tus elogios. Yo también te ha enlazado en salopimienta. Un beso.

9 de marzo de 2010, 21:25  
Blogger ANRAFERA ha dicho...

Lo desconocía. Todo un placer acceder a tu blog y encontrarse entradas tan interesantes. Un cordial saludo

11 de marzo de 2010, 19:39  
Blogger meg ha dicho...

Ramón, hay muchos personajes así en el mundo de la gastronomía. Los iremos desvelando uno a uno. Un beso y feliz fin de semana.

12 de marzo de 2010, 18:26  

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